viernes, 6 de mayo de 2011

Comunicado del Portavoz Claustral de Filosofía y Letras

Buenas tardes. Antes de decir lo que quería comentar, quisiera presentarme. Mi nombre es Pablo Martínez Testa, soy portavoz claustral de la Facultad de Filosofía y Letras y como muchas de vosotras sabréis, obviamente, es la primera vez que acudo a un pleno de este Consejo.
¿Por qué?
Bien. En primer lugar, porque no existe ningún tipo de legitimidad por parte de este Consejo de Estudiantes. Ni existe legitimidad de la Presidenta del Consejo, ni cuando estaban unas, ni cuando estaban otras; ni existe legitimidad por parte de las presentes; ni existe legitimidad por parte de los grupos decanales; ni existe legitimidad por parte del grupo rectoral.
El Rector posee alrededor de un 43% de los votos emitidos de un 23% de participación.

Mientras que en las pasadas elecciones al claustro votó el 3'31%. Alrededor de 600 votos de casi 21000 personas con derecho a votar.
En segundo lugar, porque no creo en la democracia representativa. Quizás una importante consecuencia del primer punto. Si las personas que componen los aparatos de decisión, de representatividad supuesta de las personas que componen la sociedad universitaria, no poseen dicha representatividad, porque existe un problema estructural importante que hace que las personas que son representadas no sientan ningún vínculo, ni aprecio, ni interés por los puestos electos… ¿Qué hacemos aquí? Si es un auténtico fracaso el sistema de representación, porque no representa y porque las representadas no se sienten parte de el acto de votar, ¿Qué hacemos aquí?
En tercer lugar, porque las acciones realizadas por este Consejo, pese al “idealismo” del anterior grupo o equipo, parten de una base política o más bien de interés político. Aquí se escala, se trepa, se hacen favores, se dejan de hacer… Parece un Consejo Particularista. Donde lo particular de cada componente del mismo cobra un sentido, casi vital o al menos de una importancia máxima, al margen de cualquier tipo de necesidad o problema real dentro de la Universidad de Alcalá de Henares.
¿Dónde terminarán muchas de las personas que cabalgan por los puestos “representativos” de la comunidad universitaria? ¿Dónde?

He hablado del ¿Qué hacemos aquí? ¿Realmente las personas que están aquí pretenden cambiar a mejor el sistema socio-educativo de esta Universidad? ¿Realmente están aquí para mejorar? ¿Por qué se mantiene esta estructura podre, corrupta e infructífera? Parece ser que efectivamente las personas que están aquí o al menos gran cantidad de ellas, pululan para terminar en otro tipo de puestos. Para ello no pueden alzar mucho la voz; para ello deben tapar agujeros. Este Consejo, hasta hoy, ha sido un lastre, un obstáculo, una estructura de poder planteada, precisamente, para que las otras estructuras de poder continúen en su sitio sin ser alteradas. Porque es mejor tener el 43% de los votos, de un 23% del voto emitido, teniendo una representatividad real escasa y hacer lo que una quiere, que hacer que participe activamente el 100% de esa sociedad con derecho a voto. Ese 100% de personas sería un obstáculo para el crecimiento específico, individual, particular, personal de ciertos cargos de esta Universidad, incluyendo a ciertos individuos que aquí se encuentran.
Terminarán pues, estas personas, militantes algunas de algún partido político al uso, en cargos políticos locales, luego regionales, quizás alguna termine siendo Ministra o diputada y después, después del estrés de la política más explícita, se presentarán a las elecciones a rector de alguna triste universidad como la nuestra.
Bien. Como he dicho, hasta hoy. Hoy, vamos a decidir aquí, en unas elecciones absurdas –absurdas porque estamos eligiendo nosotras, personas con un mínimo irrisorio de legitimidad al que será el grupo de personas que “dirijan” el Consejo de Estudiantes que velará por el futuro y el bien estar de una Comunidad Universitaria que ve el Consejo de Estudiantes como un ayuntamiento de un pueblo, donde el caciquismo está al orden del día- nuestra presidenta.
En estos últimos años, se han recortado optativas, se ha implantado de mala manera un nuevo plan de estudios, se vulneran continuamente los derechos de las personas que continuamos en el plan antiguo, se prohíben cierto tipo de actividades, prácticamente no se puede utilizar el espacio universitario para nada, los laboratorios parecen ser de risa cuando en ocasiones las personas que hacen uso del mismo se sientan en el suelo porque no hay espacio. No se ha paliado con el cáncer de este organismo que es precisamente la verticalidad enorme del mismo y se han lapidado propuestas horizontales a ciertas delegaciones, cuestión que va muy emparejada con la situación de ilegitimidad de todos los organismos o sistemas de decisión que existen en esta Universidad. 
¿Qué ofrece mi posición? ¿Qué propuestas lanza aquella persona que no ha aparecido, por motivos antes explicados, en ningún pleno?
La primera es la horizontalidad absoluta de este Consejo de Estudiantes y de todos los organismos de “representación” estudiantil. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar se eliminarían las jornadas de “Cómo ser un buen representante estudiantil” para ser sustituidas, por otras, que podrían facilitar créditos de libre elección como la anterior, pero donde se pondría en común y se explicaría qué es una asamblea. Qué es la horizontalidad. Qué es la democracia participativa y directa.
En segundo lugar, se crearían en todas las facultades, algo que competería en principio a las delegaciones correspondientes, asambleas por aulas. La Junta de Representantes o lo que conocemos hoy como Junta de Representantes, sería un punto de encuentro, de intercambio de información, donde las personas elegidas como delegadas llevarían la opinión de todas las alumnas.
Por ejemplo. La Junta de Facultad ha decidido convocar una asamblea extraordinaria donde se plantea la posibilidad de recortar optativas. Las personas que estén en la Junta de Facultad, se reunirían, como hasta ahora, en la J. R. para dar la información de dicho recorte. La información sería recogida por todas aquellas personas que han sido nombradas portavoces o delegadas de esa clase; bajarían a sus aulas, trasmitirían lo que han recibido de las portavoces dela J. F. y con una posición unánime de esa clase iría de nuevo a la J. R. para expresarla. Una vez allí se debatiría y se consensuaría lo que han dicho todas las clases. Por tanto, la decisión, la solución final es conjunta. Es legítima, es quizás, más lenta que la actual, pero más justa, más efectiva en cuanto que se actúa en bloque y más inteligente ¿Qué sería el Consejo de Estudiantes? El Consejo desempeñaría una serie de acciones o tomaría una serie de decisiones, por un lado como órgano ajeno y por otro lado con el consentimiento de las delegaciones, pero unas delegaciones que trasmitirían todo, absolutamente, todo, a las asambleas por aulas.
Cuando un estudiante de fisioterapia o de derecho o de ambientales etc. tenga un problema, podrá ser tratado en conjunto o de manera particular etc. Pero si se consiguiese –otro objetivo interesante a plantear- que existiese un apoyo mutuo y solidario entre todas las personas que estudian en esta Universidad muchas cosas no pasarían.
Por otra parte, propondría crear una especie de departamento o de comisión que se encargara de lo social dentro de la Universidad. Uno de sus objetivos sería crear grupos/asambleas de mujeres y de hombres (no mixtas) que tratasen el tema del machismo y de la sociedad patriarcal, para finalmente reunirse cada cierto tiempo ambos grupos para poner en común sus conclusiones. Con ello, a parte de intervenir en el mal funcionamiento académico de la Universidad, se atajaría una serie de actitudes machistas, sexistas, patriarcales que no favorecen al autorrealización de las personas.
El Equipo, ese equipo tan maravilloso seríamos todas nosotras. Pero el objetivo debería ser claro, y es mejorar la Universidad no ponerle trabas. Mejorar la comunidad universitaria, no incapacitarla. Ser un grupo sólido, consolidado, respetado, luchador cuando ha de serlo, festivo cuando debe estarlo. Mejorar la calidad de la educación a través de reivindicaciones concretas, correctas, sustentadas en la afirmación total de la comunidad universitaria.
Somos estudiantes, no políticas. Somos personas y como personas debemos pensar en la autorrealización de todas las que componen nuestro entorno. Debemos incentivar la creatividad. Debemos cambiarlo todo. Y lo primero que hay que cambiar es este órgano supremo y destruir aquellos pensamientos que nos daban privilegios, que nos otorgaban una libertad ficticia.
Mi propuesta de manera superficial es esta. No parto de ningún interés particular, más que el de hacer que ir a la Universidad no se convierta en una pérdida de tiempo, ni para mí, ni para el resto de mis compañeras.
Debemos ser conscientes y consecuentes.
Me presento, pues.

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